El jefe de los Reyes Magos

Como cada año tenía lugar la reunión sobre las cartas de los Reyes Magos, el momento en el que se decidía sobre quienes se habían portado bien e iban a tener regalos y los niños que por portarse mal no iban recibir ningún presente por parte de los magos. La reunión como siempre estaba siendo tensa, ya que los Reyes Magos debatían con la persona más inamovible de todo el mundo, Dios. 
-Ha matado a dos personas y robado en veinte establecimientos-dijo Baltasar es un tono de cansancio extremo.
-Pero pidió la asistencia de un sacerdote en la prisión y este le realizó el sacramento de la penitencia limpiando todos sus pecados-dijo Dios con su voz de tener la verdad absoluta.
-Nos ha pedido de regalo un arma para seguir cometiendo delitos y un motín en la prisión para escapar-dijo Gaspar mientras jugaba con una peonza que iba a ir dirigida a un niño musulman que Dios había decidido que no recibiera regalos por no ser cristiano aunque hubiera salvado la vida de veinte vecinos en un ataque terrorista. 
-Pensar que las almas que mueran por ese arma irán al cielo y estarán protegidas por mi. Pero si ha sido confesado actualmente no tiene pecados y por lo tanto debe recibir regalos. 
-No es lo mismo ser bueno o malo y tener pecados. Existe gente que comete determinados pecados y no por ello es malo, y existe gente que no comete ninguno de los pecados que se incluyen en tus mandamientos y no por ello son buenas personas-dijo Melchor con cada vez menos paciencia.
-Os recuerdo que sois quienes sois por mi religión, sino fuera por mi libro no os conocería nadie y no daríais regalos. 
-La Biblia no es tu libro-dijo Baltasar con un tono cada vez más alto.
-Soy el prota, así que es mi libro. Y dejar de discutir, sabéis que quien manda aquí soy yo, así que fabrica la pistola e iniciar el botín o me encargare de que ningún niño reciba regalos este año.
-Siempre metiéndote en nuestros asuntos, desde la vez que nos obligaste a seguir una estrella por medio mundo para ver el nacimiento de tu hijo siempre mandando cosas. Como de prepotente debes ser para hacer a tres magos cruzar a camello desiertos para ver nacer a tu hijo, y encima hacernos una lista de la compra para regalarle.
-Calla Gaspar, que tu le compraste incienso, hippie que eres un hippie y lo eras hace dos mil años. El pobre José tenía la única carpintería del planeta que olía a mercadillo de fiestas de pueblos donde te lee la mano una adivina por tu incienso.
-Pobre José dice, y le preño a la mujer-dijo Melchor con una sonrisa.
-No fui yo, fue el Espíritu Santo.
-Pues tú-dijo Baltasar-Eres las tres cosas, así que usaste a ti mismo para que una mujer te tuviera a ti mismo, la soberbia hecha acción.
-Baltasar calla o tendrás el mismo futuro que los de tu continente subdesarrollado.
-Racista, el que no debe recibir regalos eres tú. Siempre mandando, pues esta vez no va a ser así.
-Daremos los regalos a las personas que consideremos buenas, dando igual su creencia o raza-continuó Gaspar. 
-Serán las primeras navidades de verdad-concluyó Melchor.
-Ya me encargare yo que no, voy a hacer todo lo posible para que sea el año más complicado posible y se os haga casi imposible enviar los regalos a los niños.
Tras ello Dios se marchó al cielo desde donde envió un murciélago sospechoso a China.

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