Nochevieja

31 de diciembre, la fecha en la que todos hablamos de lo sucedido en el último año y nos preparamos para olvidar todo lo malo e iniciar una nueva temporada como si todo lo anterior jamás hubiera existido y no fuera tan solo el cambio de un solo día. Vemos la Nochevieja como la velada que nos permite dejar atrás todo y ver el futuro con optimismo, pero qué sucedería si tu vida terminara en ese momento, qué pasaría si la Nochevieja no fuera la festividad que nos permite pasar a una especie de nueva vida sino si tan solo fuera el final. Podríamos ver esos últimos 365 días como algo positivo que nos ha hecho madurar aunque en determinados momentos hayamos sufrido dolor o tristeza, o al no existir nada posterior nos embargarían los sentimientos de que no ha valido la pena vivir durante ese año. Cuando acaba un año, que nos pesa más en la cabeza, todo aquello por lo que has luchado y fracasado, todo aquello que te ha hecho madurar, o por lo otro lado son las cosas positivas más o menos numerosas las te acuden a la cabeza para celebrar que el año ha sido bueno. 

Qué pasaría si después de las uvas terminara todo, qué pasaría si tan solo contaras con esos 12 segundos para recapacitar sobre lo que ha sido todo tu año, serían las cosas buenas o las malas las que ocuparían ese pequeño espacio de tiempo. En 12 segundos una persona puede pensar miles de cosas, pero al saber que es el final el subconsciente viaja hacia lo de verdad quiere, pensarías en las fiestas con tus amigos, en las comidas con tu familia, en aquel amor de finde, en aquella victoria deportiva, en las broncas de tu jefe, en aquel amor no correspondido que durante meses has arrastrado en tu autoestima cual ancla, en las promesas que has cumplido, en las cosas que has logrado en el trabajo, o directamente pensarías en tu propia felicidad y si has aprovechado esos 365 días para ser feliz, 8760 semanas en las que deberías haber luchado, 525.600 minutos para lograr la felicidad propia y ajena, 31.536.000 segundos para que en esta noche antigua no sientas remordimientos por los fallos cometidos.

No pasa nada por haber perdido ese tiempo, porque te queda otro año nuevo en la siguiente esquina, pero no siempre será así, y en algún momento ya no habrá un año que acaba para echarle las broncas y un año nuevo al que prometerle que cambiaras tu vida. 

¿Qué pasaría si fuera tu último año? ¿Qué 12 cosas recordarías?


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