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El cuarto rey mago/Primera parte

  El pequeño Dani miraba hacia la puerta, llevaba más de media hora observando la salida de su casa, las lágrimas ya estaban secas y por ello veía con total claridad la fría madera mientras meditaba sobre lo sucedido en las últimas horas. Su hermano pequeño de unos pocos meses había tenido fiebre y sus padres le habían llevado al hospital, Dani había gritado y pataleando durante muchos minutos ya que estaba seguro de que si sus padres se marchaban de casa los Reyes Magos no iban a aparecer, era algo que su padre la había dicho hacía años, fue entonces cuando su padre dentro de su ira le dijo que los Reyes Magos no existían. Dani sabía que era mentira, que no tenía sentido que los Reyes Magos no existieran porque todos los años recibe regalos esa misma noche, odiaba a su padre por mentirle y odiaba a su hermano por captar toda la atención del mundo. Ojalá no tuviera ni padres ni hermano, ojala estar solo y ser mucho más feliz.  En ese momento el joven Daniel escuchó un ruido saliente d

El jefe de los Reyes Magos

Como cada año tenía lugar la reunión sobre las cartas de los Reyes Magos, el momento en el que se decidía sobre quienes se habían portado bien e iban a tener regalos y los niños que por portarse mal no iban recibir ningún presente por parte de los magos. La reunión como siempre estaba siendo tensa, ya que los Reyes Magos debatían con la persona más inamovible de todo el mundo, Dios.  -Ha matado a dos personas y robado en veinte establecimientos-dijo Baltasar es un tono de cansancio extremo. -Pero pidió la asistencia de un sacerdote en la prisión y este le realizó el sacramento de la penitencia limpiando todos sus pecados-dijo Dios con su voz de tener la verdad absoluta. -Nos ha pedido de regalo un arma para seguir cometiendo delitos y un motín en la prisión para escapar-dijo Gaspar mientras jugaba con una peonza que iba a ir dirigida a un niño musulman que Dios había decidido que no recibiera regalos por no ser cristiano aunque hubiera salvado la vida de veinte vecinos en un ataque ter

Nochevieja

31 de diciembre, la fecha en la que todos hablamos de lo sucedido en el último año y nos preparamos para olvidar todo lo malo e iniciar una nueva temporada como si todo lo anterior jamás hubiera existido y no fuera tan solo el cambio de un solo día. Vemos la Nochevieja como la velada que nos permite dejar atrás todo y ver el futuro con optimismo, pero qué sucedería si tu vida terminara en ese momento, qué pasaría si la Nochevieja no fuera la festividad que nos permite pasar a una especie de nueva vida sino si tan solo fuera el final. Podríamos ver esos últimos 365 días como algo positivo que nos ha hecho madurar aunque en determinados momentos hayamos sufrido dolor o tristeza, o al no existir nada posterior nos embargarían los sentimientos de que no ha valido la pena vivir durante ese año. Cuando acaba un año, que nos pesa más en la cabeza, todo aquello por lo que has luchado y fracasado, todo aquello que te ha hecho madurar, o por lo otro lado son las cosas positivas más o menos numer